Lun. Dic 23rd, 2024

El pensamiento crítico: una habilidad esencial para la vida

El pensamiento crítico, como concepto, fue inicialmente introducido en forma indirecta por John Dewey a comienzos del siglo XX denominándolo como pensamiento reflexivo, que envuelve conceptos tales como indagación, deducción, inducción y juicio.

Publicado por Steffens

Este autor hace referencia al pensamiento y lo describe como el puente que une hechos y acciones y que está compuesto por todo aquello que está en nuestra cabeza y le otorga dos movimientos particulares: el movimiento inductivo y el movimiento deductivo.

Dewey asocia el primero de ellos con el descubrimiento de un principio unificador y el segundo con la comprobación, confirmación, refutación y modificación del conocimiento adquirido, también considera que de la relación entre estos dos movimientos surge el Pensamiento Crítico.

Es esa forma de pensar, sobre cualquier tema, contenido o problema, con la cual el que piensa mejora la calidad de su pensamiento al adueñarse de las estructuras inherentes al acto de pensar y someterlas a estándares intelectuales.

El pensamiento crítico es la capacidad para identificar el significado de una afirmación con el fin de determinar su aceptación o su rechazo al momento de valorar algún fenómeno de la realidad. Lo cual, nos permitiría pensar en la importancia que cobra esta clase de pensamiento, la interpretación primero para la identificación de aspectos puntuales en una situación y de este modo partir de la elaboración de argumentos con los que se busca afirmar o negar lo que se quiere comprobar.

El pensamiento se compone de habilidades, valores y contenidos. Los valores relacionados son la verdad, la honestidad y las evidencias. Las habilidades se resumen en la toma de decisión que implica:

  1. la concentración y la atención,
  2. el análisis de la situación,
  3. identificación de las razones,
  4. claridad en los razonamientos,
  5. visión de conjunto e inferencias lógicas.

El pensamiento crítico en una sociedad democrática

El pensamiento crítico es la base fundamental de una sociedad democrática, ya que este le permite al ser humano reflexionar sobre sus propias decisiones y hacerse, claro está, responsable de ellas.

En este contexto todos los seres humanos contamos con este tipo de pensamiento, lo que lo hace distinto en cada uno de nosotros es el desarrollo individual, demostrando que el pensamiento crítico es consustancial a la naturaleza humana.

Ahora bien, según un estudio realizado por la Universidad de Viterbo en Estados Unidos sobre la evolución de este aspecto a través del tiempo, se inicia con la cultura griega en la que se toma como referencia el método socrático que favorece el pensamiento crítico, ya que Sócrates a través de sus preguntas cuestionaba a la sociedad y a sus contemporáneos.

Con filósofos al frente se puede decir que la persona con un buen nivel de pensamiento crítico podrá manejar problemas complejos, intercambiar opiniones y puntos de vista, asumir posiciones y llegar, finalmente, a una conclusión basada en un argumento o en una evidencia.

Las fases del pensamiento crítico en el proceso formativo

Las fases del pensamiento se sustentan en las siguientes funciones o actividades intelectuales del pensamiento. Cada fase encierra funciones en las que se articulan habilidades o capacidades que equivalen a las competencias específicas, necesarias para que la función se pueda desarrollar sin problemas en el conjunto de las actividades del alumno.

Fase perceptiva del pensamiento: En esta fase el alumno está dispuesto a recibir los primeros estímulos que provienen del mundo exterior y a interactuar con ellos. Las funciones específicas son: Atención, Interés, Motivación, Observación (percepción visual), Escucha (percepción auditiva), percepción táctil, percepción gustativa, percepción Olfativa, lectura, identificación, puntualizaciones con cálculos y medidas.

El Pensamiento Crítico es una capacidad del ser humano considerada de gran utilidad y de las más buscadas en la sociedad.

En los distintos años de la educación escolar y universitaria, los profesores deben favorecer este proceso de la lectura con estrategias de velocidad y comprensión lectora, para que retengan lo que han leído, lo relacionen con los conocimientos previos y ordenen las nuevas adquisiciones de manera sistemática.

La escucha no debería ser una simple interacción verbal profesor alumno. Los docentes deben estimular las preguntas frecuentes por parte del estudiante y promover una comunicación dialogante, horizontal y democrática.

Fase reflexiva del pensamiento: Es el proceso de formación de conceptos a través del análisis de datos recibidos por los estímulos (actuación cognitiva sobre los estímulos), la relación entre ellos y sus conocimientos previos. Las funciones específicas son: Análisis, Integración de datos, Formación de conceptos.

El análisis es el paso y la unión entre la fase perceptiva y la reflexiva, consiste en descomponer el mensaje en sus elementos. La síntesis tiende a recomponer e integrar los conocimientos. Para desarrollar el pensamiento crítico el docente debe promover y sostener las siguientes habilidades:

  • Saber captar la coherencia lógica de un razonamiento.
  • Saber captar las distintas posiciones.
  • Saber ver las consecuencias de determinadas premisas.
  • Saber sustentar las propias afirmaciones.

Para la resolución de problemas, las habilidades útiles que se deben tener en cuenta son: El pensamiento alternativo. El pensamiento estratégico. El pensamiento causal. La resolución de problemas es el puente entre la función reflexiva y la creativa.

Fase creativa del pensamiento. La creatividad es una propiedad que todos los hombres poseen en mayor o menor grado por consiguiente se debe cultivar en los alumnos, desde el comienzo de su escolarización.

Esta fase se caracteriza porque los conocimientos adquiridos se transforman en elementos activos para nuevos aprendizajes y se manifiestan en cuatro actividades fundamentales: la extrapolación, la analogación, la imaginación fantástica, la creatividad.

La extrapolación, es el puente entre la fase reflexiva y la creativa, en la que el alumno extrae las consecuencias, los efectos, las implicancias y corolarios, aquí hace uso del pensamiento secuencial. En la analogación, el estudiante emplea el pensamiento analógico para llegar a las conclusiones como finalización de la actividad de aprendizaje.

La imaginación fantástica, facilita la producción y registro de imágenes mentales (representaciones visuales, auditivas, olfativas o cenestésicas) que derivan del interior y son percibidas como tales. La creatividad permite encontrar relaciones y soluciones novedosas, aquí se usa el pensamiento divergente con el que el alumno es capaz de construir configuraciones nuevas y originales. Las habilidades específicas son: la fluidez ideativa o simbológica, la flexibilidad intelectual, y la originalidad.

Fase retentiva del pensamiento: En esta fase se hace uso de la memoria de manera inteligente, es la capacidad de la mente humana de mantener información de diversos tipos durante períodos breves de tiempo o durante toda la vida; la memoria acompaña todas las fases del pensamiento en el proceso de aprendizaje.

Se caracteriza porque el alumno adquiere un nuevo conocimiento, lo fija y lo incorpora a su patrimonio cognoscitivo de donde lo sacará posteriormente, siempre que tenga necesidad en sucesivas situaciones u ocasiones, de esta forma se integran en la experiencia del alumno nuevos conocimientos y competencias.

Los profesores deben ayudar a los alumnos a que hagan uso eficaz de la memoria, como medio fundamental para enseñar a pensar y educar la inteligencia de los aprendices, a lo largo de la vida escolar y universitaria.

A través de recursos mnemotécnicos: cadena de imágenes mentales, clasificación y asociación de ideas, uso de acrósticos. La memoria como proceso activo permite codificar el conocimiento, almacenarlo, recuperarlo e integrarlo con la información previa.

Entre las actividades que promueven la memoria tenemos: hacer esquemas u organizadores de ideas; ordenar y clasificar el material que se ha de memorizar (uso de la expresión escrita o gráfica); memorizar conceptos y relaciones; memorizar expresiones literales; memorizar datos concretos; memorizar mapas conceptuales, mentales y semánticos; memorizar destrezas y conductas específicas.

Fase expresiva verbal. Puede ser de tipo oral o escrita. El desarrollo de las capacidades expresivo-verbales requiere de la adquisición de las competencias gramaticales, sintácticas y semánticas. Para la habilidad básica de la expresión oral, el alumno debe aprender a usar adecuadamente la respiración diafragmática, para emitir correctamente los sonidos que componen las palabras.

Luego se debe formar habilidades más complejas, como la fluidez verbal (el vocabulario y la expresión adecuada), y el uso de paralingϋísmos (el tono de la voz y el ritmo del mensaje oral). La expresión escrita a través de la redacción y composición requiere de un dominio de la gramática, la sintaxis y la semántica.

Fase expresiva práctica o no verbal. A esta fase se la llama también aplicativa. Se caracteriza porque los conocimientos y las habilidades mentales adquiridas en la vida del alumno, se constituyen en elementos no sólo del conocer sino también del hacer.

Las funciones y habilidades intelectuales de esta fase son: La expresión corporal, la motricidad y la expresión artística, a través de la expresión plástico-pictórica y la expresión musical.

Fase expresión corporal. Formada por un conjunto de habilidades: dominio de la mirada, de la mímica facial, de los gestos, de la postura y de la prosémica, la capacidad de una adecuada auto presentación de la propia personalidad a través del cuerpo, todas ellas enriquecen y concretan el significado de la comunicación oral. El estudiante debe adueñarse de estas habilidades y el docente estimularlas a su práctica frecuente en sus clases.


Publicado originalmente en el portal de antologiaglobal.com y republicado con el permiso de Antología bajo licencia CC BY-NC 4.0

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