Fotografía: De Kaynouky, CC BY-SA 4.0
El lanzamiento de la sonda Tianwen – 1 despegó de la base espacial de Wenchang en julio pasado, la sonda lleva consigo el rover Zhurong y marcó un hito importante en el programa espacial de China. La nave entró en la órbita de Marte en febrero y alcanzó la fase crucial de aterrizaje el viernes 21 de mayo. El complicado proceso de aterrizaje se llama «siete minutos de horror» porque ocurre antes de que las señales de radio de Marte puedan llegar a la Tierra, lo que significa que la comunicación es limitada.
Con esto China se convierte en la segunda nación después de Estados Unidos en operar una nave espacial en la superficie del Planeta Rojo durante un período de tiempo significativo. El orbitador Tianwen 1 estará en servicio durante un año marciano o 687 días terrestres, mientras que el rover tendrá una vida útil prevista de 90 días.
Zhurong que recibe su nombre por el «Dios del Fuego» de la mitología China, aterrizó en una llanura de lava al norte de Marte conocida como Utopia Planitia. El vehículo Zhurong, de seis ruedas, impulsado por energía solar y de 240 kilos de peso, puede alcanzar una velocidad máxima de unos 200 metros por hora y superar obstáculos de hasta 30 centímetros, así como subir cuestas de hasta 20 grados de inclinación, se espera que el vehículo pase tres meses tomando fotos, recopilando datos geográficos y recogiendo y analizando muestras de rocas.
El rover cuenta con seis instrumentos científicos entre ellos dos cámaras con radar subterráneo, un espectrómetro que detecta la composición mineral de la superficie y un instrumento que analiza partículas cargadas en la atmósfera marciana y detectores, que se utilizarán para comprender la composición del suelo y el campo magnético de Marte. China espera usar a Zhurong para hacer un estudio global y completo del planeta para estudiar lugares en la superficie que son de gran interés científico.
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