Durante siglos, la salamandra sonriente ha cautivado al público. Pero, ¿la popularidad del axolotl como mascota podrá prevenir su extinción?
Por: Kylie Madry, Gao Baiyu
En México el Axolotl, una especie nativa de salamandra, es una estrella nacional. Incluso es el personaje central del billete de 50 pesos. Los axolotls fueron una vez tan abundantes que eran considerados como un alimento básico en las dietas indígenas mexica.
Los mexicas (o aztecas) que habitaban el centro de México hace 500 años creían que los axolotl eran sagrados y provenían del dios Xólotl. Hoy en día, los científicos los valoran por su capacidad para regenerar todas las extremidades, incluidas partes de su cerebro.
Pero actualmente los axolotls en la naturaleza están en peligro crítico de extinción y quedan pocos en los canales de Xochimilco en el extremo sur de la Ciudad de México. Mientras que las poblaciones silvestres continúan disminuyendo, paradójicamente también se está convirtiendo en el anfibio de mayor distribución en laboratorios y tiendas de mascotas de todo el mundo, particularmente en China, donde los fanáticos publican miles de videos de la salamandra en línea. Mientras tanto, los esfuerzos de conservación en México avanzan en condiciones adversas.
La disminución de la población de axolotls silvestres
El vertiginoso crecimiento urbano en la delegación de Xochimilco (el hábitat endémico de la salamandra) y una planificación urbana deficiente que permite que las aguas residuales y los fertilizantes en los canales ahoguen la vida silvestre, son las grandes causas de la disminución de la especie. Además, en la década de 1970 las Naciones Unidas lanzaron una campaña para abastecer los canales de Xochimilco con tilapia y carpa para alimentar a la población aledaña, pero los peces sin ningún depredador natural en el área se dieron un festín con los axolotls jóvenes.
Según el censo más reciente, la población de axolotls es menos del 0,6% de lo que era hace poco más de dos décadas. El primer censo, realizado en 1998 por científicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), estimó que la zona albergaba 6.000 axolotl por kilómetro cuadrado. En 2014, eso se redujo a 34 por kilómetro cuadrado.
La pandemia del COVID-19 y la falta de fondos del gobierno han detenido el proyecto en su camino y los biólogos actualmente no tienen información para analizar si los recientes esfuerzos de conservación han tenido un efecto en el número de anfibios.
“Es triste ver la cantidad de dinero que se destina a este tipo de proyectos”, dijo Horacio Mena González, biólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Esfuerzos de conservación
Mena González y un equipo de científicos de la UNAM han implementado un programa de prueba, llamado proyecto Chinampa Refugio, para crear refugios seguros entre los canales de Xochimilco para que el axolotl vuelva a crecer y prosperar.
Trabajando con los residentes locales, que durante mucho tiempo han cultivado en las chinampas de la zona, una especie de jardín flotante introducido por los mexicas, Mena González espera reducir el uso de pesticidas en favor de la agricultura orgánica sostenible para distribuir nutrientes útiles en las aguas de Xochimilco.
Junto con una serie de filtros en los canales para mantener alejados a los contaminantes y depredadores de las principales vías fluviales, los axolotl podrían tener el espacio para recuperarse.
Hasta ahora, se han instalado 30 refugios seguros y al equipo le gustaría llegar a tener hasta 60.
Otras organizaciones buscan crear conciencia y proporcionar un hogar para los axolotl que están enfermos o han sido abandonados por sus dueños. En México, los vendedores necesitan un permiso especial de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para operar, pero las ventas ilegales, especialmente en los mercados de la Ciudad de México, siguen siendo comunes.
El país permite que se los tenga como mascotas si están registrados y comprados a un proveedor aprobado, pero muchos dueños de mascotas recurren a las ventas en el mercado negro porque es más fácil y más barato. En los mercados de la capital, los axolotls pueden costar entre 200 y 1000 pesos (entre 9 y 48 dólares estadounidenses).
“La gente nos llama diciendo que encontraron a un tipo vendiendo un balde lleno de cientos de axolotl en un mercado”, dijo Rebeca Sánchez Graillet, voluntaria de Axolotitlán. “Y piensan que nos están ayudando, comprando alguno para ‘rescatarlos’, pero tampoco saben cómo cuidarlos. Tenemos axolotls que vienen con infecciones bacterianas o quemaduras por cloro por estar en agua del grifo sin filtrar «.
Pamela Valencia, especialista en relaciones públicas, se sintió impulsada a abrir un museo de axolotl cuando un hombre le dio seis axolotls.
«Los vecinos venían a verlos mientras yo todavía estaba en pijama”, dijo. Luego comenzó a dar recorridos en Xochimilco con los axolotls a cuestas. Eso se convirtió en Axolotitlán, una asociación que actualmente está recaudando fondos para completar su acuario y construir un santuario de axolotl, para salvar a más axolotls que llegan al museo.
Valencia se acercó al gobierno de la Ciudad de México hace años, con la esperanza de que participaran en el proyecto. En cambio, la jefa de gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum, anunció la construcción de un museo el año pasado en el Zoológico de Chapultepec.
“Incluso cuando la necesidad claramente existe, el gobierno no hace nada hasta que la gente se pronuncia”, dijo Sánchez Graillet. “Las organizaciones terminan haciendo el trabajo del gobierno hasta que deciden que quieren involucrarse”.
Los científicos intentan descifrar el genoma del Axolotl
Sánchez Graillet, voluntaria de Axolotitlán, explica que los axolotl pueden volver a crecer sus extremidades 30 días después de perderlos. De hecho, dijo, uno de sus axolotls más jóvenes está en proceso de volver a crecer una mano en este momento.
“Los axolotls tienden a ser un poco caníbales”, dijo Sánchez Graillet riendo, “o incluso pelean entre ellos. Entonces uno le quita un brazo o una pierna a otro y en un mes, ya ha vuelto a crecer «.
Con la esperanza de poder algún día desarrollar la regeneración de tejidos en humanos, durante mucho tiempo los científicos han estudiado cómo funcionan los axolotls. Pero la tarea ha sido abrumadora: los científicos pudieron secuenciar el genoma del axolotl, con 32 millones de pares de bases, hasta en 2018. Eso es 10 veces más grande que el genoma humano, que fue trazado en 2003. Un año después , los científicos fueron capaces de representar el genoma del axolotl en una escala cromosómica.
Pero llevará más tiempo averiguar exactamente qué habilita las capacidades regenerativas del axolotl. Según Jeremiah Smith, uno de los genetistas que trabaja para desentrañar los secretos del axolotl, el anfibio criado en laboratorio podría no ser el milagro médico que ha prometido ser. La ciencia se puede aplicar a la regeneración de pequeñas cantidades de tejido en humanos, pero nunca podrán replicar el recrecimiento de extremidades enteras.
Después de que una salamandra tigre albina fuera introducida en la colonia de axolotl de un laboratorio en 1962, casi todos los axolotl cautivos de hoy contienen cantidades notables de ADN de salamandra tigre. “El axolotl es un muy buen ejemplo de por qué las poblaciones silvestres y la diversidad [genómica] son importantes”, explicó Smith.
“Son organismos que evolucionaron durante largos períodos de tiempo y hacen cosas que nosotros no hacemos o que pueden ser importantes para nosotros. Por supuesto, todos los animales tienen lecciones que pueden sernos útiles, pero tal vez el axolotl [incluso] más ”.
Creciente popularidad en China
Lo que muchos mexicanos desconocen es que el axolotl criado en cautiverio es una de las mascotas acuáticas más comunes en China. Se ha criado durante décadas desde que se introdujo por primera vez en el país en la década de 1990. Ahora, el mercado está bastante maduro.
En Taobao, una de las principales plataformas de comercio electrónico de China, los axolotl jóvenes en los colores más comunes, que incluyen rosa, blanco, dorado o negro, cuestan solo entre 1,5 y 3 dólares. El minorista en línea mejor clasificado en términos de volumen vende más de 2000 axolotl en un mes.
Diao Kunpeng, experto en protección de la vida silvestre, dijo a Diálogo Chino que si el precio minorista de un axolotl es de $1.5 dólares, el precio de compra ni siquiera excedería los 30 centavos. A modo de comparación, en los EE. UU., Un ajolote se puede vender entre 30 y 75 dólares, aproximadamente 20 veces el precio en China.
El bajo precio se puede atribuir al aumento de la demanda y al mercado en desarrollo en China. Diao Kunpeng señaló que cuando el axolotl llegó a China inicialmente, el precio unitario alcanzaba varios cientos de yuanes (200 yuanes equivalen a unos 30 dólares).
Alrededor del 2005, las granjas de cría de Corea del Sur encontraron la cura para la saprolegniasis (una enfermedad común en los axolotls), que marcó un gran avance en la cría y condujo a un aumento significativo en la cantidad de axolotl criados. En la actualidad, las granjas de cría a gran escala en China se encuentran principalmente en la provincia de Shandong y la provincia de Liaoning.
Los blogueros de mascotas y los granjeros publican cientos de videos sobre axolotls en varias plataformas de redes sociales, compartiendo su comportamiento, cómo comen y cómo interactúan con los humanos. En el sitio web para compartir videos Bilibili, el video más popular sobre axolotl ha alcanzado casi 420,000 visitas.
Pero la mayoría de los propietarios tienden a comentar sobre su apariencia, y no mencionan el hecho de que el animal está en peligro de extinción en estado salvaje, o incluso que proviene de México.
“Ha sido genial ver a la gente interesarse en los ajolotes”, dijo Sánchez Graillet y recomendó que los nuevos dueños de mascotas lean sobre los esfuerzos de conservación y consideren contribuir a la causa.
«Pero necesitamos que el gobierno [mexicano] intervenga. No podemos hacer todo esto nosotros mismos».
Este artículo de ylie Madry y Gao Baiyu apareció originalmente en Diálogo Chino y se volvió a publicar bajo una licencia de Creative Commons.
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Karla Isela Lara Flores